Dejare
Las palabras que guarde en el silencio más purpura donde la calidez no existió jamás, cuando caminaba junto a la amargura de una cárcel transparente.
Dejare los retornos de mi mente en un frasco que lanzare a la pared del olvido mientras trato de no revivir mis muertos.
Ese vacío en mi estomago que no me permite hablar, cuando hablo de lo que debería ser y no es, justamente ahora vuelve a retomar el dolor sin darme cuando que las heridas viejas siempre se abren cuando hay más silencio.